Mi refugio creativo: un espacio para crear, sentir y respirar

Hay un lugar en el mundo que es solo mío. No porque esté cerrado, sino porque todo lo que sucede allí lleva en si parte de mi ser. Es mi estudio creativo, el corazón de mi proyecto de artesanía inspirada en la naturaleza.

Es una habitación pequeña, con la luz justa y las herramientas esparcidas a mi ritmo, no al de un manual de orden. No hay vitrinas, ni paredes blancas, ni silencio de museo. Hay lápices gastados, papeles de prueba, tazas de café, olor a tinta... y mucha vida.

Aquí es donde nacen mis grabados artesanales en linóleo, las ilustraciones para colecciones de papelería creativa, y también muchas ideas que aún no tienen forma. Es un espacio que me acoge cada mañana, cuando abro la ventana y dejo que entre el aire. Me siento con una libreta, respiro y escucho.

Este espacio no pretende ser perfecto. Es un santuario doméstico donde el caos y el orden conviven. Donde practico yoga cuando me escucho, donde medito cuando la mente se llena, y donde me llegan las mejores intuiciones mientras tomo el primer café del día.

Y sí, soy un poco egoísta con él. Lo defiendo como un lugar sagrado. Pero también me encanta abrirlo cuando alguien se acerca con curiosidad. Este rincón pequeño, cálido y desordenado es donde ocurre todo. Mi espacio para crear con alma.

Descubre mis creaciones

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